Sobre el año 1849
John Adams, un anciano zapatero de Pennsylvania, está a punto de entrar en la historia.
Aunque su mirada quizás sea algo asustadiza, como expectante, se ha vestido para la ocasión con sus mejores galas, adoptando una pose seria, venerable, propia de una persona que se encuentra en las postrimerías de la vida, una larga vida que rebasa ya los cien años.
No en vano cuando nació un 22 de Enero de 1745 su ciudad, Massachusetts, aún pertenecía al Imperio Británico; de hecho aún restaban más de 40 años para que los Estados Unidos lograran la independencia.
En España todavía reinaba Felipe V y la Casa de la Contratación monopolizaba desde Cádiz el comercio con unas colonias americanas que se mantenían intactas.
De haber visitado Alemania, Adams podría haber conocido a Johann Sebastian Bach, o a Voltaire en Francia... o ser el primero en desembarcar oficialmente en Australia.
Y es que, con 104 años, John Adams es probablemente el hombre más viejo, por fecha de nacimiento, jamás fotografiado.
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